lunes, 18 de octubre de 2010

Continuidades del menemismo...

...las relaciones carnales con EE.UU. ya estaban planteadas desde la dictadura militar. El Proceso parte del supuesto de que un alineamiento con EE.UU., sobre todo una ayuda militar, el entrenamiento de los contras en Centroamérica y otras operaciones que hace la dictadura de Videla con el país del norte ya son una suerte de embrión de lo que serían las relaciones carnales de Menem. Pero al país le sale mal...

Le sale mal a los militares por las Malvinas. Y, después, viene el rebote: la reacción de Alfonsín, en una dirección correcta, hay que decirlo, planteando que nosotros no podemos tener ese alineamiento automático. Pero más tarde llega la involución del menemismo, en donde Argentina dice: "No tenemos política exterior, nuestra política exterior es simplemente acompañar a la política exterior estadounidense". Lo cual revela, o bien una falta de patriotismo, o una ingenuidad enorme.


Bueno, resulta casi paródico lo de los barquitos argentinos en la llamada Guerra del Golfo. El único país que estaba ahí entre los países tercermunditas...

Pensemos en las polémicas de aquella época, cuando venían todos aquellos que justificaban esta política diciendo: "Bueno, nos dará grandes beneficios". Hoy en día ya podemos preguntar cuáles fueron esos beneficios. Cuando todo se derrumbó, ¿cuál fue el resultado? Nos dijeron: "Arréglenselas como puedan, no podemos poner en tela de juicio los ahorros de los carpinteros y de los plomeros norteamericanos". Todo aquellos fue evidentemente una maniobra de muy bajo nivel para embarcar al país en una dirección que suponía que el alineamiento incondicional iba a tener su contracara económica, pero no la tuvo. En esos años Argentina - como aún sucede en la actualidad - no podía exportar miel a Estados Unidos. Y cuando pongo el ejemplo de la miel tomo un producto para decir: "Miren, no es un producto altamente sensible como los semiconductores". No, hablamos de productos naturales: no podemos exportarles miel, no podemos exportar maní, no podemos exportar limones de Tucumán, porque con relaciones carnales o sin relaciones carnales Estados Unidos hace su política. Y Estados Unidos ejecuta una política de protección, una política nacionalista, de cerrar sus fronteras, de cuidar, de abrir muy selectivamente parte de su mercado y a cambio de un alto costo. (...)


(...) otro antecedente cercano del menemismo está en su política económica. Es evidente que durante la dictadura militar y la gestión de Matínez de Hoz aparecen las ideas ligadas a la supuesta pertenencia al Primer Mundo y a una brutal apertura económica como negocio prometedor.

Si, y también hay continuidad en el tema del capital financiero y la valoración financiera como elemento fundamental de la vida económica. Continuidad que ese extiende hasta hoy. Porque el otro tema preocupante de todo esto es que el menemismo no fue un paréntesis en la evolución histórica de Argentina. Fue un punto de arranque, un nuevo comienzo muy importante. Pensemos que todavía hoy, este país, tiene una de las estructuras tributarias más injustas del planeta, sigue eximiendo de impuestos a la renta financiera, cosa que no ocurre en los Estados Unidos. Y lo digo para no hablar de países socialistas. En Estados Unidos, si uno deposita un plazo fijo, aunque sea de cien dólares, al final del año uno tiene ciento cuatro dólares, viene el organismo de impuestos estadounidense y manda una notita a través del banco diciendo: "Usted tuvo esta ganancia, y esta ganancia debe ser reportada al servicio de impuestos internos; por eso Usted tiene que pagar". Esto pasa en Estados Unidos, pero acá no sucede. 


Como tampoco sucede con las transacciones en la bolsa...

Cuando yo explico en el exterior que en este país se vendió la empresa más grande que había en Argentina, que era YPF, en un precio aproximado a los 16 mil millones de dólares, y que esa transacción no dejó un centavo a las arcas del Tesoro argentino, los que me escuchan me miran pensando "Éste se equivocó". O: "Tu inglés es defectuoso y no explicaste bien". Entonces uno lo vuelve a explicar bien y dicen: " Pero no puede ser". Y bien, este es un país que fue rediseñado para que si uno vende una empresa de 16 mil millones de dólares no pague impuestos. Ahora, si uno es un pobre diablo que vive en la periferia del gran Buenos Aires, y quiere vender su pequeño autito del año '78 - digamos un Renault 12 del '78 que vale en este momento, supongamos, 800 dólares -, va a tener que pagar un impuesto del siete porciento a la transferencia de la propiedad automotor. Esto revela una fenomenal inequidad, en dónde la pequeña propiedad es castigada, y la gigantesca propiedad es beneficiada con la política tributaria. Por eso digo que el menemismo todavía hoy está muy presente en Argentina.




Fragmento de un diálogo entre Jorge Halperín y Atilio Borón
El progresismo argentino. Historia y Actualidad. (Capital Intelectual, 2006)









jueves, 7 de octubre de 2010

Medios masivos de desinformación

La señal de noticias Telesur se crea en 2005. Cinco años después, grupos de empresas de medios aún no lo incluyen en sus grillas. Un texto escrito por Eduardo Galeano siete años antes de la aparición de Telesur arroja algo de luz al asunto.


La guerra fría ha quedado atrás. Con ella, el llamado mundo libre ha perdido las justificaciones mágicas que hasta hace poco promocionaba la santa cruzada de Occidente contra el totalitarismo imperante en los países del Este. Ahora, está resultando cada día más evidente que la comunicación manipulada por un puñado de gigantes puede ser tan totalitaria como la comunicación monopolizada por el Estado. Estamos todos obligados a identificar la libertad de expresión con la libertad de empresa. La cultura se está reduciendo al entretenimiento, y el entretenimiento se convierte en brillante negocio universal; la vida se está reduciendo al espectáculo, y el espectáculo se convierte en fuente de poder económico y político; la información se está reduciendo a la publicidad, y la publicidad manda.

Dos de cada tres seres humanos viven en el llamado Tercer Mundo, pero dos de cada tres corresponsales de las agencias de noticias más importantes hacen su trabajo en Europa y en los Estados Unidos. ¿En qué consisten  el libre flujo de la información y el respeto a la pluralidad, que los tratados internacionales afirman y los discursos de los gobernantes invocan? La mayoría de las noticias que el mundo recibe provienen de la minoría de la humanidad, y a ella se dirigen. Eso resulta muy comprensible desde el punto de vista de las agencias, empresas comerciales dedicadas a la venta de información, que recaudan en Europa y en Estados Unidos la parte del león de sus ingresos. Un monólogo del norte del mundo: las demás regiones y países reciben poca o ninguna atención, salvo en caso de guerra o catástrofe, y con frecuencia los periodistas que transmiten lo que ocurre, no hablan la lengua del lugar ni tienen la menor idea de la historia ni de la cultura local. La información que difunden suele ser dudosa y, en algunos casos, lisa y llanamente mentirosa. El sur queda condenado a mirarse a sí mismo con los ojos que lo desprecian.

A principios de los años ochenta, la UNESCO patrocinó un proyecto, nacido de la certeza de que la información no es una simple mercancía, sino un derecho social, y que la comunicación tiene la responsabilidad de la función educativa que ejerce. En ese marco, se planteó la posibilidad de crear una nueva agencia internacional de noticias, para informar con independencia, y sin ningún tipo de presión, desde los países que padecen la indiferencia de las fábricas de información y de opinión. Aunque el proyecto fue formulado en términos más bien ambiguos y muy cuidados, el gobierno norteamericano tronó de furia ante este atentado contra la libertad de expresión. ¿Por qué tenía que meterse la UNESCO en los asuntos que pertenecen a las fuerzas vivas del mercado? Los Estados Unidos se fueron de la UNESCO dando un portazo, y también se marchó Gran Bretaña, que suele actuar como si fuera colonia de la que fue su colonia. Entonces, se archivó la posibilidad de una información internacional desvinculada del poder político y del interés mercantil.

Por tímido que sea, cualquier proyecto de independencia puede amenazar , en alguna medida, la división internacional del trabajo, que atribuye a unos pocos la función activa de producir noticias y opiniones, y atribuye a todos los demás la función pasiva de consumirlas.


Eduardo Galeano
Patas arriba: La escuela del mundo al revés  (1998)

Una cruda exposición de la maquina de matar, también conocida como Imperio Norteamericano... Sin desperdicio (no apto impresionables, no es joda)





M.I.A, Born Free from ROMAIN-GAVRAS on Vimeo.